jueves, 16 de julio de 2009


La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.Es aquello por lo que darías todo.Menos tu cajita de cristal…



A ti, manzana,
quiero
celebrarte
llenándome
con tu nombre
la boca,
comiéndote.


Siempre
eres nueva como nada
o nadie,
siempre
recién caída
del Paraíso:
plena
y pura
mejilla arrebolada
de la aurora!



Qué difíciles
son
comparados
contigo
los frutos de la tierra,
las celulares uvas,
los mangos
tenebrosos,
las huesudas
ciruelas, los higos
submarinos:
tú eres pomada pura,
pan fragante,
queso
de la vegetación.



Cuando mordemos
tu redonda inocencia
volvemos
por un instante
a ser
también recién creadas criaturas:
aún tenemos algo de manzana.



Yo quiero
una abundancia
total, la multiplicación
de tu familia,
quiero
una ciudad,
una república,
un río Mississippi
de manzanas,
y en sus orillas
quiero ver
a toda
la población
del mundo
unida, reunida,
en el acto más simple de la tierra:
mordiendo una manzana.

No pregunto por las glorias ni las nieves, quiero saber dónde se van juntando las golondrinas muertas, adónde van las cajas de fósforos usadas. Por grande que sea el mundo hay los recortes de uñas, las pelusas, los sobres fatigados, las pestañas que caen. ¿Adonde van las nieblas, la borra del café, los almanaques de otro tiempo? Pregunto por la nada que nos mueve; en esos cementerios conjeturo que crece poco a poco el miedo, y que allí empolla el Roc.

"Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado en distintos países,
cada uno provisto de lealtades,
de queridas memorias,
de un pasado sin duda heroico,
de derechos,
de agravios,
de una mitología peculiar,
de próceres de bronce,
de aniversarios,
de demagogos y de símbolos.
Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil;
Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown.
Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad,
que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara,
en unas islas demasiado famosas,
y cada uno de los dos fue Caín,
y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos.
La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender."

lunes, 6 de julio de 2009

Soy el que sabe que no es menos vano que el vano observador que en el espejo de silencio y cristal sigue el reflejo o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.Soy, tácitos amigos, el que sabe que no hay otra venganza que el olvido ni otro perdón. Un dios ha concedido al odio humano esta curiosa llave. Soy el que pese a tan ilustres modos de errar, no ha descifrado el laberinto singular y plural, arduo y distinto, del tiempo, que es uno y es de todos.Soy el que es nadie, el que no fue una espada en la guerra. Soy eco, olvido, nada.



Se ha dicho que el amor es la inclinación del alma hacia un objeto o persona. No podríamos hablar del alma si no se sabe con certeza que el alma existe, así que tendremos que asemejar el alma con algo que si sabemos con certeza. Científicamente, la mente se ubica en nuestro cerebro, así que si tenemos una afirmación exacta seria bueno analizar la mente y como el amor influye en ella.Nuestra mente esta dividida en varias partes psicológicas: el razonamiento, nuestra personalidad, la memoria y los sentimientos. Digamos que con el razonamiento podemos realizar operaciones matemáticas (y mucho más) y la memoria guarda siempre los números (y mucho más). Nuestra personalidad define los gustos que tenemos y a su vez los sentimientos que tomamos frente a determinados gustos. Cada gusto que se guarda en nuestra memoria y es procesado por nuestra personalidad despierta un sentimiento.Todo esto esta fijado gracias a la estructura de nuestro cerebro y con el paso del tiempo van cambiando. Nosotros no podemos elegir una razón lógica por la cual nos gustan las cosas. No podemos decir porque nos gusta bailar, mirar una película, leer, etc. Nosotros cuando vemos a una mujer y decimos "ella me gusta" no tenemos ni la mas pálida idea de porque me gusta, pero cuando se tratan de afirmaciones del porque "me gusta" lo único que podemos decir es "la estructura de mi cerebro reacciona frente a situaciones de una determinada manera". Nietzsche afirma que lo que recibimos son señales que son interpretadas por nuestro cerebro. La combinación de dichas señales producen un sentimiento o una reacción en nuestro razonamiento o en la personalidad, y es hay que sale el amor :)